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esqueleto humano
Y Huchet , fueron observadas sobre los huesos del esqueleto del Entierro 3, señales de bioerosión por acción mecánica y/o química señalando sin lugar a dudas la acción de termitas subterráneas, posiblemente de la familia Termitidae endémica de la región Neotropical en la que se localiza el sitio arqueológico . Casi todos los huesos conservados del esqueleto del Entierro 3 de Toca do Enoque, presentaron una o mucho más ediciones óseas enlazadas a la acción de termitas. Entre las principales señales observadas, registramos la existencia de los restos de galerías y/o túneles, y las huellas superficiales que dichas galerías y/o túneles dejaron marcadas sobre las superficies óseas, así como la presencia del residuo obscuro producido por las termitas que resultó adherido firmemente a la área cortical. También, fueron vistas ciertas señales de pozos o perforaciones superficiales y un tanto más profundas, y asimismo la destrucción parcial o total de determinados segmentos óseos, singularmente en áreas de tejido óseo esponjoso, primordialmente en vértebras, costillas y epífisis de huesos largos. La Figura 4, muestra un caso de muestra de cada caso observado. Distinguir correctamente los procesos y agentes de modificación postmortem sobre los huesos humanos resulta primordial para entender los procesos de formación del registro arqueológico e interpretar apropiadamente los contextos funerarios. Para eso, presentamos el caso de estudio de un esqueleto humano del Entierro 3 de Toca do Enoque, un lugar arqueológico datado en el Holoceno Medio y localizado en el Parque Nacional Serra das Confusões (Piauí).
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Consiste en la rotura de un hueso, en general ocasionada por un traumatismo. Hace más rápido la reabsorción ósea y aumenta el calcio en la sangre. Disminuye la reabsorción ósea y baja el nivel de calcio en la sangre. Tienen por consiguiente la misión opuesta a los osteoblastos.
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— NU95N (@dianafmarti) July 26, 2021
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Los isópteros son entre las órdenes de insectos capaces de producir señales en los huesos, aparte de explotar, consumir y modificar los restos óseos . A pesar de que el rol de los insectos necrófagos es bien conocido en las ciencias forenses, su participación como agentes tafonómicos de humillación ósea es menos famosa (Queiroz et al ., 2017). Sin embargo, diferentes órdenes de artrópodos pueden ser responsables de una bioerosión significativa en huesos humanos y de fauna . La identificación y también interpretación de estas lesiones importan para la comprensión de los fenómenos tafonómicos naturales postdeposicionales actuantes en un depósito funerario y en el entendimiento de los procesos de formación del registro bioarqueológico. Es un espacio sin tejido óseo ubicado en la región central de la diáfisis de los huesos largos.
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Los próximos tres pares están unidos a las costillas superiores mediante cartílago. Las piernas están unidas a un grupo circular de huesos denominado pelvis. La pelvis es una composición con apariencia de cuenco que sostiene la columna vertebral.
Ilustra la anatomía y la mecánica de la articulación de la rodilla. Copyright 2020 Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Jalisco. Admite que el sostén y el movimiento de su cuerpo se tienen que a la función del sistema locomotor y practica acciones para cuidarlo. Los carpianos y tarsianos están fusionados, pero el resto del esqueleto tiene movimiento natural en las articulaciones. Hoy en dia algunos investigadores del Laboratorio de Antropología Forense, colaboran con el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Juan de Larios, en el estado de Coahuila.
Entre cada par de vértebras lindantes hay unos pequeños discos conformados por cartílago. Estos discos evitan que las vértebras rocen entre sí y actúan asimismo como los amortiguadores naturales de la columna. Cuando saltas en el aire o giras el leño para hacer mates, los discos dan a las vértebras la amortiguación que estas precisan.
El número de huesos que forman el esqueleto de un adulto humano es 206, sin contar los pequeños huesos sesamoideos ni los huesos suturales o supernumerarios que algunas personas tienen en el cráneo. En la infancia el número de huesos es superior, pues algunos se sueldan durante el proceso del desarrollo, esto sucede con los huesos de la pelvis que se sueldan en el adulto originando el hueso coxal, asimismo el coxis está compuesto por la fusión de 3 o 4 pequeñas vértebras. En ciertos textos se considera el hueso del estribo ubicado en el oído medio como 2 unidades independientes con lo que se da la cifra de 208 huesos. Al tiempo, la existencia de insectos en las sepulturas se puede revelar por las huellas de actividad dejadas en los huesos u otros materiales. El análisis, descripción y también interpretación de dichas huellas pertenecen a una disciplina que estudia la interacción entre el organismo y el sustrato en el cual se mantiene la impronta. El estudio de las huellas o marcas dejados por estos agentes en los restos óseos humanos o animales se enmarca en la Icnología (Bertling et al ., 2006; Frey, 1973) que se ocupa del análisis y descripción de las señales de actividad dejadas por un organismo en el curso de su vida.
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