cuantos huesos tiene el craneo y cuales son
Caballeroi y Astyanax mexicanus, eminentemente en los estadios tempranos del ciclo vital, sus cráneos asimismo son afines en lo que se refiere a forma, número y predisposición de los huesos. No obstante, una comparación profunda de los adultos de B. Mexicanus efectuada por Valdez–Moreno & Contreras–Balderas dejó detallar varias diferencias que se resumen en la tabla 2, donde se tienen la posibilidad de ver disimilitudes en 25 huesos, lo que supone que no son iguales en un 43% aproximadamente. El primer hipobranquial tiene forma rectangular con el margen anterior redondeado y el posterior recto.
El segundo es prácticamente rectangular, con pocos dientes unicúspides. El tercero es triangular, con numerosos dientes unicúspides. Todas las branquispinas son cónicas, con múltiples proyecciones pequeñas a manera de espínulas arregladas irregularmente (Fig. 5d). El número de branquiespinas en cada arco, se señala en la tabla 1.
Huesos Planos
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Está en situación ventral, tiene forma de «T» pero la parte vertical es mucho más delgada. Presenta dos forámenes que se localizan muy cerca del margen previo por donde pasa el nervio facial . Sin accidentes anatómicos en la área ventral y pocos en la dorsal. El borde posterior del vómer consigue o excede el borde posterior del etmoides lateral (Figs. 2a, 3b). Los ceratobranquiales son cinco huesos pareados que forman la rama inferior de cada arco branquial. Los tres primeros son de forma rectangular, alargada y tenuemente aplanada, cada uno articulado proximalmente con un hipobranquial y distalmente con un epibranquial.
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Caballeroi ha podido deberse a su pérdida a lo largo del proceso de transparentación o bien a que estuvieran reducidos o ausentes. El supraoccipital de ambas especies tiene forma similar pero es mucho más largo en A. La forma de las branquiespinas asimismo es afín, no obstante, el número es distinto en ámbas especies y la cantidad de espínulas que están alrededor de las branquiespinas es mayor en B. Cabe realizar mención que el número máximo de dientes registrado por Contreras–Balderas & Rivera–Taillery en el maxilar de A.
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El segundo es alargado, en la mayor parte de las situaciones recuerda la forma de una flecha, si bien en otros ejemplares la parte anterior es globosa. El tercer basibranquial es alargado y el cuarto es el más pequeño de todos, con forma romboidal y márgenes irregulares (Fig. 5c). Los huesos operculares son laminares, de superficies y márgenes planos. La manera de la parte dorsal es semicircular y más corta en comparación con la posterior que es prácticamente rectangular, mucho más extendida y ancha; el margen anteroventral se proyecta hacia abajo y el margen posterior es cóncavo o prácticamente recto. Se articulan previamente con los hiomandibulares a través de un cóndilo y ventralmente con los subopérculares (Figs. 1, 4a). El orbitoesfenoides es de forma irregular, pero en posición del costado su forma es similar a una «J», con márgenes muy cambiantes tanto en longitud y anchura, intra y también interpoblacionalmente (Fig. 2b).
Se encuentra por detrás del etmoides medio y se articula con los frontales en la parte medio ventral y en la parte de atrás con los pterosfenoides. Este hueso está ampliamente separado del paraesfenoides (Figs. 1, 2a, 3b). Esos huesos que forman parte de la base craneal, desarrollados por osificación endocondral, se unen entre sí por medio de sincondrosis.
- Este síndrome está también caracterizado por craneosinostosis bilateral coronal con una cabeza de tipo alta y acortada.
- Sin embargo, probablemente halla daño si su cerebro se mueve o se horada.
- Los 80 huesos del esqueleto axial y los 126 del esqueleto apendicular.
Los subopérculares son cuneiformes con superficies planas, pero el margen anterior es más ancho y con un pequeño desarrollo dorsal. Estos huesos se encuentran articulados dorsalmente con los opérculos (Figs. 1, 4a). Para su descripción, estos huesos fueron divididos en 2 partes para hacer más simple el análisis. De esta manera presentan una sección dorsal laminar, alargada, en cuya zona inferior está el foramen magnum y otra ventral globosa que constituye el techo de la cápsula ótica para el otolito lagena. Dorsalmente los exoccipitales se articulan con los epioccipitales, ventralmente con los basioccipitales, previamente con los proóticos y anterolateralmente con los pteróticos y opistóticos (Figs. 2a, 3b). De los 37 ejemplares estudiados, 11 fueron hembras, 22 machos y 4 indeterminados.
